En estos momentos, la lista para la evaluación tiene alrededor de 500 niños en espera. De la entrevista inicial podemos hacer un despistaje de los niños que pueden estar más comprometidos, con lo cual los llamamos antes.

Consideramos que nuestro equipo necesita más personal y nos encontramos a la espera de ser trasladados a otro espacio,  pues funcionamos en el servicio de Alto Riesgo Neurológico. De esa manera será posible contar con más consultorios donde otro personal especializado pueda atender a más niños.

Les pedimos mantenerse en contacto, ya que en la búsqueda de soluciones ante esta situación, la Unidad de Autismo ha propuesto talleres informativos y de orientación a los padres que aún no han sido llamados.

Lo más importante es observar el desarrollo que debe tener el niño para su edad, lo cual debe ser observado por el pediatra. Los niños que tienen autismo han presentado  en sus antecedentes: infecciones virales, bacterianas (neumonías, bronquitis, asma) y alteraciones gastrointestinales (colitis, reflujo, gastritis, diarreas, mal olor en las heces). Posterior a estas infecciones, los padres describen que el desarrollo del lenguaje que habían adquirido se detiene.

La conducta del niño cambia de acuerdo a la edad en que esté, por ejemplo: si el niño tiene un año y medio después de estas infecciones deja de decir mamá, papá u otras palabras. Además, pasa de ser un niño risueño, cariñoso y tolerante a ser uno irritable, hipersensible y angustiado.

No. El autismo es el resultado final de alteraciones que ocurren a temprana edad (desde los 11 meses en adelante). Lo que se puede ver a los 8 meses son quizás señales de alarma como las descritas en la pregunta anterior. Sin embargo , lo llamativo siempre es que el niño no muestre un desarrollo esperado para sus edad en las áreas de conducta, lenguaje y su conducta social no sea adecuada. Antes del año puede llamar la atención que el niño no se voltee cuando lo llaman, no mira a los ojos de su madre, no sonríe, es irritable o muy tranquilo, no responde con alegría a las canciones o estímulos que vienen del ambiente. 

Sí. La estadística mundial indica que la proporción es de 3:1; es decir de tres niños diagnosticados con autismo se puede diagnosticar una niña.

Lo primero que debe hacer es ubicar un centro que se dedique al tratamiento de niños con autismo desde el punto de vista multidisciplinario (médico, nutricional, terapias ocupacional, de lenguaje y conductual) que pueda confirmar el diagnóstico y que plantee el tratamiento a seguir. En Venezuela como tratamiento multidisciplinario existen dos instituciones: Sovenia (privado) y la Unidad de Autismo de la Maternidad Concepción Palacios (público). Existen otros centros que ofrecen terapias del desarrollo. Nuestra recomendación es que todo niño sea evaluado por un médico antes de ser referido a dichas terapias.

Lo más importante es dar atención a las áreas del desarrollo afectadas por la condición. La experiencia nos ha mostrado que los niños que son atendidos en edades más tempranas logran evolucionar en el lenguaje, la conducta y la interacción social. De esto dependerá que logre niveles de funcionamiento para la integración a actividades desde las cotidianas, educativas, laborales,etc.

¿Qué es ser normal? Tendría primero usted que hacerse esta pregunta pues la respuesta está en la visión que cada quien tenga de la normalidad. Todo se interpreta desde el juicio y los prejuicios que cada quien tiene de las personas distintas. Los niños pueden lograr un buen nivel de funcionamiento social si tienen la ayuda adecuada. Una persona puede tener salud, pero si no tiene un buen funcionamiento psicosocial no puede hacer mucho en la vida. Lo importante es ir  trabajando en el presente las habilidades y dificultades del niño para lograr una integración completa .

Nunca es tarde. Lo importante es buscar la ayuda adecuada que sepa dirigir el tratamiento.

Eso es cierto. La comunidad médica no ha acordado una metodología de tratamiento única y eso se debe a que están implicadas alteraciones del desarrollo como consecuencia de alteraciones metabólicas, inmunológicas y gastrointestinales. Se podría decir que los médicos que entienden que el autismo se deriva de lo anterior, están de acuerdo en tratarlo desde el punto de vista multidisciplinario, pero el que considera que es un problema neuropsiquiátrico, lo trata de una manera distinta. Sin embargo, nuestra experiencia nos ha centrado en la importancia del rol del médico pediatra, psiquiatra, gastroenterólogo y neurólogo en la evaluación y tratamiento del niño con autismo.

No es el autismo en sí lo que se produce al comer ciertos alimentos. Las alergias alimentarias son las consecuencias de ingerir sustancias químicas (como colorantes, saborizantes, etc.) que están contenidos en los alimentos. La mayoría de los niños con autismo presentan estas alergias como consecuencia de alteraciones inmunológicas, con lo cual se sensibilizan a otros alimentos como los derivados del gluten y la caseína. La evidencia clínica muestra que los niños con autismo mejoran en sus conductas en la medida en que dejan de consumir estos alimentos, y por ende, mejoran sus alergias.